El Estado de Chile tiene obligaciones en ésta materia de acuerdo a los tratados internacionales de derechos humanos y la verdad es que este incremento exponencial en las denuncias por este t... Leer más
Recuerda usted cuando durante la campaña presidencial del 2017, la principal muletilla que el actual Presidente usaba era la de que “Chile no se convirtiese en Venezuela?… pues fíjese que vueltas tiene la vida que hoy, mirando estas escenas no sabemos si estamos viendo a Caracas o a Santiago!. El punto en común es la de los jóvenes irguiéndose firmes e interponiendo cartones, chapas y cuanto otro elemento encuentren entre ellos y a las balas de Carabineros; cuando no, interponiendo a la fuerza letal de las armas y los gases, solo su pecho que late con la fuerza de la libertad y su coraje a la muerte representada en una escopeta que le dispara. Si lo que quería el Gobierno era que volviesen a sus casas para no mostrar al mundo las imágenes de un País convulsionado y que negaba contundentemente la imagen que se daba a los capitales extranjeros de orden y obediencia sin cuestionamientos al status quo centenario de Chile, las redes y las cámaras anónimas se han encargado de negarles ese “acting”.
Y más allá de lo propagandístico que pudiese resultar ese hecho, es doloroso cuando menos ver a nuestros hijos enfrentar solo con sus poleras sudadas las balas, y con sus pañuelos humedecidos tapando sus caras, al enervante efecto de los gases lacrimógenos que te hacen arder cada poro de la piel y que tus ojos parezcan estallar del dolor. Y es peor aún la imagen, cuando del otro lado vemos a quienes se enfrentan: Carabineros armados hasta los dientes y sin miramientos en usar esas armas, protegidos por armaduras que los protegen de pies a cabeza, o sentados cómodamente en sus tanquetas blindadas que no dejan pasar las piedras, el fuego ni el clamor de los jóvenes que se les enfrentan a pecho descubierto. Así son las cosas hoy a lo largo y ancho de todo Chile, aunque las imágenes de smartphones, cámaras y drones anónimos nos hagan llegar estemos donde estemos imágenes que no sabemos distinguir si son de Caracas, la Intifada palestina, la Bolivia convulsionada o el Chile rebelde y que no se calla ni lo hará ya nunca jamás.